Estás navegando en mi nuevamente,
y yo no quiero
dejarte ir.
Sabes que odio las despedidas
y más cuando no nos podemos decir adiós.
Ya te has ido
y no puedes regresar,
debo cerrar el libro,
pasar la página,
quemar el cuaderno donde estampé
mis lágrimas.
Debo dejar de sentirte
de pensarte,
de anhelarte
de extrañarte
de imaginar todo contigo,
debo dejarte,
debo dejarte,
debo dejarte,
pero no quiero
y lo sabes.
Pero aún así te fuiste
hace mucho
y me destrozaste
en miles de pedazos,
en miles de pedazos,
me sentí como
una hoja
frágil
y rota.
Ahora tengo solo una estampa de lo que fueron tus ojos,
de cómo me mirabas cada mañana,
de cómo me aceptabas,
y de cómo besabas a cada paso mis imperfecciones.
Sólo queda un pequeño recuerdo
de nuestra energía
de cómo danzábamos y conectábamos,
de cómo discutíamos y nos amábamos.
Sólo queda
lo que algún día fue
de nosotros.
y mi amargo corazón
debe olvidarte,
pero no quiere dejarte.
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